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Coronavuelta al cole: material “escolar” en la nueva normalidad

Mamá, ¿tú a qué le tienes miedo?, me preguntó el otro día María, mi hija mediana. “A la vuelta al cole 2020”, respondió mi mente, de forma automática. Porque sí, amigas, la verdad es que llevo ya unos cuantos días con pesadillas, solo de pensar que se nos vuelve a venir encima el numerito de los teledeberes. Los telediarios dicen que el cole empezará la segunda semana de septiembre, Coronavirus mediante. ¡Y yo no me fío ni un pelo!

Ya se sabe lo que dicen: que “madre precavida vale por dos”, así que, por si acaso, en vez de material escolar, me he hecho con varios “imprescindibles para la vuelta al cole 2020”. Así, en caso de que vuelvan a nombrarnos a los padres profesores titulares, el apocalipsis no me pillará desprevenida.

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Ser madre en cuarentena IV: el desfase de las fases

¿Te imaginas ser el amigo número once en la primera barbacoa con amigos de la Fase 1 de desescalada? ¡Ostras! No habías pensado en eso, ¿eh? ¡Pues yo sí! Menudo disgusto si eres tú al que no invitan. ¡Eso sí que van a ser auténticas reuniones clandestinas! “Chicos, no subáis fotos a redes sociales, a ver si se va a enterar Olivia de que no la hemos invitado”. ¡Tengo pesadillas con eso! Aunque, en realidad, a mí lo mismo me da, porque como en casa somos un pack de 5, ya tengo asumido que me quedo fuera de cualquier fiesta. Ser madre en cuarentena es no pasar de fase.

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Ser madre en cuarentena (III): Hablándole a mi yo del pasado

Ser madre en cuarentena te obliga a desdoblarte, como poco. Si hay una verdad absoluta en todo esto de la cuarentena es que no es lo mismo el confinamiento con hijos que sin hijos. ¡Dónde va a parar! El otro día le preguntaba a una amiga que qué tal: “¡Aquí, teletrabajo y Netflix, hija, qué desesperación!” Me dice, la tía, sin cortarse ni un pelo. ¡Desesperación, la mía! ¡Que si consigo dormir cinco horas es porque se me ha aparecido la Virgen! Sin embargo, todavía las hay que están peor: ¡Las madres solteras! Bueno, no todas… Amiwiki, esa amiga mía que sabe más que Wikipedia, se lo ha montado fenomenal. Ayer mismo la llamé por teléfono, que no sabía nada de ella desde que empezó esto del arresto domiciliario. 

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Ser madre en cuarentena (II): Teledeberes 

Ser madre nunca es fácil, pero ser madre en cuarentena ya es la risa. Hoy quisiera tratar el tema de los teledeberes. ¡Venga hombre! El primer día enviaron cosas para imprimir ¡Quién demonios tiene ya impresora en casa! ¡Las cosas se imprimen en el trabajo, de toda la vida! Que esté teletrabajando no quiere decir que tenga te-le-im-pre-so-ra. ¡A ver si nos enteramos! El segundo, mandaron una web educativa. Muy bonito todo… ¡si no fuera porque requería Flash Player! ¿Me vacilas? ¿Desde cuando no renuevas contenidos, desde el Efecto 2000? Lo de las manualidades ya alcanzó un nivel superior, ¿fue sólo a mí o a todos os mandaban trabajos manuales con turulos de papel higiénico? ¡En plena crisis del papel higiénico! ¡Mi marido y yo no podíamos de la risa! (Ahora que lo pienso, quizá las manualidades del cole fueran la razón del desabastecimiento). 

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Ser madre en cuarentena (I): Convivencia extrema

Ser madre en cuarentena es multiplicarse, al menos, por tres. ¿Os acordáis de cuando creíamos que lo del confinamiento iba a ser cosa de una semana? ¡Mira, por fin concilio! Nos dijimos muchas madres para nuestros adentros… ¡Qué ingenuidad! ¡Qué inocencia infantil! ¡Qué ternura me inspira mi yo del pasado! Aaaayyy… Más de un mes después encerrada en casa con tres niños, con teledeberes, teletrabajo y telediario, me doy cuenta de la fina línea que separa conciliación y estar muy pringada. Ser madre en cuarentena

Que, oye, lo de pasar tiempo con los hijos está muy bien… ¡pero a estas alturas, he subido a los míos a Wallapop! Por lo visto hay sobreoferta… Tranquilos, es broma, nunca vendería a mis hijos… ¿por qué venderlos si los puedo regalar? Dejando los chistes aparte (y antes de que algún asistente social me abra una investigación un poco incómoda) diré que a mis hijos los quiero mogollón, son mi razón de ser, mi verdadero motivo para seguir adelante… mi dolor de cabeza y de espalda. ¿No estábamos siendo sinceros?

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