Olivia y punto

¿De qué trata este podcast?

Olivia y punto es un hilarante podcast de humor en el que una madre de tres hijos habla sin pelos en la lengua sobre cómo afronta la maternidad.

Últimos capítulos

¿Te acuerdas de cuando eras libre y no dependías de niños demandantes? ¡Yo no! Aquellos maravillosos años en los que tú te marcabas los tiempos de tus obligaciones, en los que podías empezar una cosa y terminarla del tirón…

Flipo con esas madres que se dedican a desanimar a las embarazadas primerizas. “Ay, ¿estás embarazada?, qué bien. Pues nada, aprovecha para dormir ahora, porque no vas a volver a pegar ojo en los próximos 35 años”…

Se acerca uno de los eventos más terroríficos del año… ¡La operación retorno! Yo no sé a quién se le ocurrió eso de que el día más triste del año es el tercer lunes de enero; ¡El día más triste del año es el domingo que vuelves de vacaciones!…

Mamá, ¿tú a qué le tienes miedo?, me preguntó el otro día María, mi hija mediana. “A la vuelta al cole 2020”, respondió mi mente, de forma automática…

Hoy voy a hablar de caca. Avisados estáis. Ah, pero no, tranquilos. Voy a hablar de la caca de tu hijo, ¡esa no da asco! ¿Que no da asco? Empecemos por el principio: “la primera caquita”, la llaman…

Hace unas semanas me asaltó la duda: ¿soy buena madre? Se lo he planteado a mi psicóloga y me ha dicho mi psicóloga que piense más en mí, y yo le he contestado: “¿en quién?”…

¿Hay algo peor que un niño llorando toda la noche? ¡Pues sí! El tipo del “soplahojas” por las mañanas. Que llevas toda la noche sin pegar ojo y cuando por fin impera la calma y el fresquito del amanecer empieza a entrar por la ventana…

Ir a la playa con niños te hace darte cuenta de muchas cosas. No sé por qué la idea de ir a la playa despierta en las personas tanto entusiasmo. En mí, la primera. Todos los años estoy deseando ir, y todos los años estoy deseando IRME…

Me he comprado un libro buenísimo. Buenísimo, buenísimo. Literatura pura. Vamos, que de tan bueno que es no entiendo ni una palabra de lo que dice. Pero me queda guay debajo del brazo…

Seguro que cualquier madre de andar por casa me entiende si digo que, para mí, las películas ya sólo tienen principio: esos diez minutitos durante los cuales te invade la fe…

El otro día vi un documental de los años 60, de cuando en España nos empezábamos a “ir de vacaciones” en verano. ¡Entonces no le temían al equipaje con niños! Toda la familia cabía en un Seiscientos…

El otro día hice memoria y me retrotraje a la época en la que yo empecé a reciclar… Qué bonito era todo. Y qué importantes nos sentíamos separando los residuos ¡Yo hasta los lavaba antes de llevarlos al contenedor!

Tengo amigas madres “viajeras mochileras”. Vamos, o al menos eso dicen… aunque yo no me lo creo, la verdad. O a lo mejor es que tienen un concepto equivocado de lo que es un mochilero…

Toda madre debe “sufrir” a etapa de “los por qué” cuando su hijo tiene entre dos y cuatro años. Y, claro, con eso de que son nativos digitales nos ven como una especie de Google de carne y hueso…

Dicen que los hijos vienen con un pan debajo del brazo, ¿no? ¡Mentira! El mío llegó con un tráiler de trastos. Literal. Cuando mi marido Daniel y yo nos enfrentamos a la montaña de artilugios…

¿Te imaginas ser el amigo número once en la primera barbacoa con amigos de la Fase 1 de desescalada? ¡Ostras! No habías pensado en eso, ¿eh? ¡Pues yo sí! Menudo disgusto si eres tú al que no invitan…

Si hay una verdad absoluta en todo esto de la cuarentena es que no es lo mismo el confinamiento con hijos que sin hijos. El otro día le preguntaba a una amiga que qué tal: “¡Aquí, teletrabajo y Netflix, hija, qué desesperación!”…

Los expertos dicen que los niños coman verduras. ¡Y los niños dicen que se las coman los expertos! Mientras, ahí estamos las madres, atrapadas en medio de ese fuego cruzado, sacándonos de la manga…

Ser madre nunca es fácil, pero ser madre en cuarentena ya es la risa. Hoy quisiera tratar el tema de los teledeberes. El primer día enviaron cosas para imprimir ¡Quién demonios tiene ya impresora en casa!…

¿Os acordáis de cuando creíamos que lo del confinamiento iba a ser cosa de una semana? ¡Mira, por fin concilio! Nos dijimos muchas madres para nuestros adentros… ¡Qué ingenuidad!…

Nunca he entendido a la gente que, cuando les hablas de libros, ponen esa de cara de: “Ah, sí, esa ‘cosa’ sobre valorada que me obligaban a leer en el colegio”…

Al convertirte en madre te dan superpoderes. Por ejemplo, ya puedes probar alimentos a la temperatura del magma sin quemarte, te desenvuelves con los reflejos de un guepardo y eres sorprendentemente capaz de espachurrar a manotazos…

 

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