beneficios del cine en los niños

Beneficios del cine en los niños. ¡Toma nota, mamá!

Hoy voy a hablaros de los beneficios del cine en los niños. Sí, cine. Esa cosa con la que no tengo contacto de ningún tipo desde que nació Emma. Seguro que cualquier madre de andar por casa me entiende si digo que, para mí, las películas ya sólo tienen principio: esos diez minutitos durante los cuales te invade la fe y crees que tus hijos se mantendrán alejados mientras disfrutas de una buena peli de sobremesa. ¡Ja! He picado decenas de veces… Es subir los pies al sofá, tirar un poquito de la manta… y tenerlos encima gritándote en la oreja.

¿Qué madre tiene dos horas libres para ver una película? ¡Encima, cada vez las hacen más largas! Recuerdo cuando elegíamos películas por el argumento, ¡eso eran buenos tiempos! Ahora, mi prioridad es la duración: si pasan de 83 minutos no me dan ni para acto de fe. Vamos, que me conformo con ver el tráiler. ¿Y qué me decís de esos intentos, por la noche, cuando ya se han dormido? Piensas, triunfal: “Este es mi maldito momento, oooouh yeaaah. Pero estás tan cansada que es subir los pies al sofá, tirar un poquito de la manta… y quedarte frita.

Así que Daniel (mi marido) y yo nos hemos resignado y ya sólo vemos películas infantiles. ¡Si no puedes con ellos, únete! Lo malo es que a los niños les gusta eso de ver una misma película una y otra vez, y les acabo cogiendo manía. Sea como fuere, lo que es indudable es que el cine es algo maravilloso, para grandes y pequeños, por eso me gustaría saber cuáles son los beneficios del cine en los niños y qué tiene de bueno para mis hijos. 

Beneficios del cine en los niños en ocho golpes de claqueta

  • Toma 1: Transmite valores. Y eso, en los tiempos del Gran Hermano (el de Orwell, no; el otro) no se puede decir de cualquier cosa. Los psicólogos aseguran que el cine es una fuente de transmisión de valores culturales, sociales, educativos y emocionales. Eso sí, conviene que los padres nos aseguremos de que los valores que ciertas películas transmiten están en consonancia con los nuestros y con los tiempos… mis hijas no necesitan un príncipe que tenga que probarles un zapato para acordarse de su cara. La transmisión de valores es algo que también debe buscarse en los cuentos que elegimos para ellos. Los cuentos personalizados Mumablue educan en valores en primera persona al ser el propio niño el protagonista de la historia.
  • Toma 2: Favorece su desarrollo. El cine hace que los niños puedan desarrollar su empatía y su espíritu crítico, gracias a la identificación con los personajes. Así se familiarizan con estrategias para solucionar conflictos, al enfrentarse a situaciones que, si bien son ficticias, tienen un referente en el mundo real. Con los adultos pasa lo mismo: ahora mismo vivo en una dualidad entre Bridget Jones y el señor Lobo.
  • Toma 3: Ayuda al control de las emociones. Este es uno de los beneficios del cine en los niños que resulta más útil. Mediante la identificación pueden entender las emociones pero tomando distancia, lo que, a la larga, les dotará de un mayor control sobre las mismas. Poder acercarse a sentimientos negativos como la tristeza, el miedo o la ira, desde fuera, permite comprenderlos con mayor claridad. ¡Yo estoy preparadísima para afrontar la congelación de Daniel si chocamos contra un iceberg durante un crucero por el Caribe!
  • Toma 4: Dota de cultura visual. ¡Sí, amigas! ¡La cultura visual no es esa que te dan los vídeos navideños que te reenvían por WhatsApp! El desarrollo de una cultura visual está ligado a la educación artística. Hoy en día es mucho el peso que las imágenes tienen en nuestra sociedad y es importante no sólo que los niños aprendan a ver y a mirar, sino que también se familiaricen con la comunicación visual y la lectura y análisis de imágenes.
  • Toma 5: Agudiza la sensibilidad. Debido a su carácter visual y sonoro, el cine aporta elementos que estimulan la sensibilidad. Esto es la base de la educación emocional y el cine hace posible que los niños comienzan a apreciar situaciones hacia las que antes se mostraban indiferentes. En realidad, esto pasa con cualquier relato, sea cine, un cuento o incluso un spot publicitario. ¡Yo he llegado a llorar con los Stories de Instagram…!
  • Toma 6: Potencia el pensamiento crítico. El disfrute de la historia y de su argumento, así como la capacidad de observación y entendimiento de las diferentes formas de comunicación audiovisual, incrementa las habilidades perceptivas. Esto hace que se desarrollen otras como la codificación, la asimilación o la recuperación de conocimientos, alimentando, así, el pensamiento crítico. Y eso, en los tiempos del Gran Hermano (ahora sí, el de Orwell), no se puede decir de cualquier cosa. El desarrollo del pensamiento crítico es uno de los grandes beneficios del cine en los niños, porque eso les hará libres cuando sean mayores.
  • Toma 7: Estimula la creatividad. El cine es una fuente inagotable de estímulos para un niño, ya que les hace asociar ideas de manera casi inmediata y favorece la imaginación y la expresión artística. De todos los beneficios del cine en los niños, la capacidad de volverlos creativos es lo que más me inquieta: ¿se volverán más propensos a dar rienda suelta a su creatividad en la pared del salón? Lo digo porque, muchas veces, no sé si estoy en mi casa o en el pabellón de ARCO.
  • Toma 8: Enseña muchísimo. El cine presenta temas, situaciones, argumentos, ideas, datos, nombres, vestuarios, lugares, paisajes, músicas, etc., que estimulan la capacidad cognitiva y dotan de un conocimiento global, gracias a que aparecen interrelacionadas. Cualquier cosa que enseñe algo es de valor, y el cine es una de las artes más completas en este sentido. Por ejemplo, yo sé cómo llaman al cuarto de libra en París gracias a Pulp Fiction.

Después de leer estos ocho beneficios del cine en los niños, creo que ninguna madre se pensará dos veces ceder a las exigencias infantiles de ver una película. El cine se puede disfrutar en casa, qué duda cabe. Pero para que el cine sea cine de verdad, tiene que verse en pantalla grande y bajo la presión de no poder abrir la boca durante el tiempo que dure la película. ¡Ay! ¡Qué tiempos aquellos en los que el cine lo veía en un cine! Con su olor a palomitas, su atmósfera de solemnidad, su sonido envolvente… (sus sillones incomodísimos, su cabezón del de delante, su masticar ajeno de palomitas, sus 15 minutos de anuncios antes de la peli…) ¡Cómo lo echo de menos! En fin, paciencia; voy a mirar en Internet a ver si ya hay alguna previsión de estreno para 2030.

Soy madre, pero me sigue gustando ir al cine… ¡Y no ver la película! Y punto.

¿Te da pereza leer? Mientras rodamos la película, puedes escuchar este contenido en el podcast que encontrarás principio de esta publicación.

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