Hoy voy a hablaros de los beneficios del cine en los niños. Sí, cine. Esa cosa con la que no tengo contacto de ningún tipo desde que nació Emma. Seguro que cualquier madre de andar por casa me entiende si digo que, para mí, las películas ya sólo tienen principio: esos diez minutitos durante los cuales te invade la fe y crees que tus hijos se mantendrán alejados mientras disfrutas de una buena peli de sobremesa. ¡Ja! He picado decenas de veces… Es subir los pies al sofá, tirar un poquito de la manta… y tenerlos encima gritándote en la oreja.
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Equipaje con niños: ¡Nos mudamos 15 días a la playa!
El otro día vi un documental de los años 60, de cuando en España nos empezábamos a “ir de vacaciones” en verano. ¡Entonces no le temían al equipaje con niños! Toda la familia cabía en un Seiscientos. Y cuando digo toda la familia me refiero al padre, la madre, los cuatro hijos, la abuela… ¡Y la jaula del canario! ¿En serio? En la baca, dos maletitas escuetas. ¿EN SERIO?
Nosotros, con tres hijos, tenemos un monovolumen y, sin embargo, creo que este año vamos a tener que contratar un camión de mudanzas… El monovolumen está bien para cuando nos vamos de finde. (Bueno, quizá también se quede un poco justo). Pero para viajes más largos… ¡Olvídate!
Educar en el cuidado del medio ambiente, un juego de niños
El otro día me puse a pensar en cómo educar en el cuidado del medio ambiente a mis hijos y de qué manera los padres deberíamos abordar cuestiones como el consumo responsable, la sostenibilidad ambiental, la huella ecológica o la importancia del reciclaje. Para ello, hice memoria y me retrotraje a la época en la que yo empecé a reciclar… ¡Qué recuerdos! Qué bonito era todo. Y qué importantes nos sentíamos separando los residuos ¡Yo hasta los lavaba antes de llevarlos al contenedor!
Viajar con niños. ¿Ser madre mochilera? ¡Menudo bulo!
Viajar con niños cambia, radicalmente, la idea de lo que es viajar. Tengo amigas madres “viajeras mochileras”. Vamos, o al menos eso dicen… aunque yo no me lo creo, la verdad. O a lo mejor es que tienen un concepto equivocado de lo que es un mochilero… El primer principio de todo mochilero es la libertad, la incertidumbre, la capacidad de improvisación… conceptos que chocan frontalmente con la condición de ser padres y, por tanto, con el hecho de viajar con niños.
Si echo la vista atrás y recuerdo mis tiempos de mochilera, me doy cuenta de que hacer ese tipo de viajes con los hijos es una utopía de las buenas. Los viajes de mochilero son viajes sin preparativos, sin rumbo, sin orden ni concierto. Ves una oferta de vuelo, llamas a tu amiga la que siempre dice sí, metes en la mochila tu ropa vieja… y en cuestión de horas estás en mitad del Serengeti tratando de negociar con un león en suajili.
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La etapa de “los por qué” te convalida cinco carreras y un máster en Paciencia
Toda madre debe “sufrir” a etapa de “los por qué” cuando su hijo tiene entre dos y cuatro años. Nadie sabe cómo se produce este cambio: un día son bolitas rollizas que no saben articular palabra, y al siguiente se han convertido en diminutos periodistas preguntones con una ávida necesidad de conocer todos los porqués del mundo. ¿Y a quién interrogan? A los papás, claro. Yo creo que, con eso de que son nativos digitales, nos ven como una especie de Google de carne y hueso. ¡Y su curiosidad no tiene fin!
Trucos para que los niños ordenen su habitación
Seguro que no soy la única madre que se pregunta cuáles son los trucos para que los niños ordenen su habitación. Dicen que los hijos vienen con un pan debajo del brazo, ¿no? ¡Mentira! El mío llegó con un tráiler de trastos. Literal. Cuando mi marido Daniel y yo nos enfrentamos a la montaña de artilugios necesarios para el primer año de crianza, supimos que nos teníamos que mudar de casa. Y eso no era sino el principio… ¡seis años y dos niños después, esa habitación es una scape room para Marie Kondo!
Ser madre en cuarentena IV: el desfase de las fases
¿Te imaginas ser el amigo número once en la primera barbacoa con amigos de la Fase 1 de desescalada? ¡Ostras! No habías pensado en eso, ¿eh? ¡Pues yo sí! Menudo disgusto si eres tú al que no invitan. ¡Eso sí que van a ser auténticas reuniones clandestinas! “Chicos, no subáis fotos a redes sociales, a ver si se va a enterar Olivia de que no la hemos invitado”. ¡Tengo pesadillas con eso! Aunque, en realidad, a mí lo mismo me da, porque como en casa somos un pack de 5, ya tengo asumido que me quedo fuera de cualquier fiesta. Ser madre en cuarentena es no pasar de fase.
Ser madre en cuarentena (III): Hablándole a mi yo del pasado
Ser madre en cuarentena te obliga a desdoblarte, como poco. Si hay una verdad absoluta en todo esto de la cuarentena es que no es lo mismo el confinamiento con hijos que sin hijos. ¡Dónde va a parar! El otro día le preguntaba a una amiga que qué tal: «¡Aquí, teletrabajo y Netflix, hija, qué desesperación!» Me dice, la tía, sin cortarse ni un pelo. ¡Desesperación, la mía! ¡Que si consigo dormir cinco horas es porque se me ha aparecido la Virgen! Sin embargo, todavía las hay que están peor: ¡Las madres solteras! Bueno, no todas… Amiwiki, esa amiga mía que sabe más que Wikipedia, se lo ha montado fenomenal. Ayer mismo la llamé por teléfono, que no sabía nada de ella desde que empezó esto del arresto domiciliario.
Trucos para que los niños coman verduras
Los expertos dicen que los niños coman verduras. ¡Y los niños dicen que se las coman los expertos! Mientras, ahí estamos las madres, atrapadas en medio de ese fuego cruzado, sacándonos de la manga descabellados trucos para hacer que los niños coman verduras. Yo lo he intentado todo, hasta tácticas de marketing: ¡una vez me disfracé de VIP! (Very Important Puerro) Os parecerá descabellado… y lo es… pero, a ver, yo me dije: la mascota es algo que siempre funciona. Pues está claro que, en este caso, no fue así: mientras María y Emma me contemplaban con mirada burlona, David rompió a llorar, desconsolado. Supongo que pensó que había sido la verdura la que se había comido a su madre.
Ser madre en cuarentena (II): Teledeberes
Ser madre nunca es fácil, pero ser madre en cuarentena ya es la risa. Hoy quisiera tratar el tema de los teledeberes. ¡Venga hombre! El primer día enviaron cosas para imprimir ¡Quién demonios tiene ya impresora en casa! ¡Las cosas se imprimen en el trabajo, de toda la vida! Que esté teletrabajando no quiere decir que tenga te-le-im-pre-so-ra. ¡A ver si nos enteramos! El segundo, mandaron una web educativa. Muy bonito todo… ¡si no fuera porque requería Flash Player! ¿Me vacilas? ¿Desde cuando no renuevas contenidos, desde el Efecto 2000? Lo de las manualidades ya alcanzó un nivel superior, ¿fue sólo a mí o a todos os mandaban trabajos manuales con turulos de papel higiénico? ¡En plena crisis del papel higiénico! ¡Mi marido y yo no podíamos de la risa! (Ahora que lo pienso, quizá las manualidades del cole fueran la razón del desabastecimiento).