Historias de Halloween para niños + audiocuento

Historias de Halloween

¡Hola, humano! Si has llegado hasta aquí buscando historias de Halloween has encontrado una de las más terroríficamente divertidas. Una historia de Halloween teatralizada para leer en familia, que hará las delicias de grandes y pequeños. Se trata de “Historias de Halloween alrededor de la hoguera” que, además, está disponible en versión para escuchar, un audiocuento gratis que te dejamos a continuación con el que no podréis parar de reír!

Pero, ¡espera! Si aún no conocéis las pequehistorias de Mumablue, tal vez deberíais empezar por ellas, ya que los personajes de este relato vienen de muy, muy atrás. Descubrid a la momia No quiero, sorprendeos con una peculiar bruja de Hansel y Gretel, disfrutad con el monstruo que vivía dentro del armario, alucinad con las excentricidades de la pequeña vampira y, por supuesto, no dejéis de leer o escuchar antes “Noche de Halloween“, la primera parte de las peripecias de estos simpáticos monstruos que te pondrá en contexto. ¿Ya conocéis todas sus historias? ¡Fantástico! Entonces estáis preparados para disfrutar de “Historias de Halloween alrededor de la hoguera”.

¡Os dejamos el audiocuento y, debajo, tenéis disponible el guión teatralizado para representarlo vosotros mismos!

Músicas CC 4.0: Satin danger, por Kevin MacLeod; La llorona, por Kalimba; Hidden Truth, por Rafael Krux; Consecrated Ground y Nightmare, por Alexander Nakarada

Cuento de Halloween para leer

¿Te ha gustado? ¡Convierte esta historia en una experiencia dramatúrgica realmente especial! A continuación os dejamos el guión para que podáis representarla en casa, en el cole, con los amigos… ¡Será muy divertido! Ah, y podéis poner esta musiquita de fondo para crear más ambiente.

Historias de Halloween alrededor de la hoguera para leer e interpretar

ANGUSTIAS: Ay, qué paz. Este Halloween sí que va a ser una auténtica fiesta. Lejos de la Mansión encantada, en medio del bosque y a la luz de una hoguera. Sin el estrés de que estén viniendo niños toooda la noche.

ABUELO: Sí, total para que siempre nos salga mal, como todos los años…

ANGUSTIAS: ¡Qué desastre! ¡No me lo recuerdes!

PLASMA: ¡Lo mejor de todo es que este año no tendré que sufrir a la niña
repelente!

ANGUSTIAS: ¡Sí!… Esta noche de Halloween va a ser especial. ¿Qué os parece si contamos historias de Halloween? ¡Cada uno de nosotros cuenta cuál fue su noche de muertos más aterradora?

CATRINA: Ayyy, ¡Esa idea está bien chida!

ERNESTO: Puede ser divertido

MONSTRUITO: (APLAUDIENDO) ¡Sííííí!

ANGUSTIAS: ¡Fantástico! ¿Quién empieza?

ABUELO: ¡Yo mismo!

ANGUSTIAS: Estupendo. Empieza el abuelo. Echad más leña a la hoguera, este
Halloween promete ser MUY especial. ¡Ernesto! Toca alguna pieza
tétrica de las tuyas.

ABUELO: La historia empieza una noche sin luna, en mitad de una quietud inquietante. Corría el año 1314, y era la noche de Halloween más extraña que yo recuerdo. Por aquél entonces yo vivía en Irlanda, en un ruinoso castillo, cerca de un acantilado.

NIÑA FANTASMAL: (VOZ FANTASMAL) Ya está el abuelo contando bataaaaaallaaaaaaaaaas… (VOZ MONSTRUOSA) ¡¡No nos importan!!

ABUELO: (REGAÑA) Niña, no interrumpas.

NIÑA FANTASMAL: (SUMISA) Vale, abuelito.

ABUELO: ¿Qué iba yo diciendo?… ¡Ah, sí!… (PAUSA) Por aquél entonces todavía no se celebraba Halloween como se celebra hoy, tú lo recordarás, abuela Socorro. No se hacían esas cosas del “truco o trato” o tonterías por el estilo. En aquella época las cosas se hacían bien Las almas de los muertos regresaban a visitar sus hogares y la gente encendía hogueras en las colinas para espantar a los espíritus malignos. Muchas personas usaban máscaras para evitar ser reconocidos por los fantasmas…

MONSTRUITO: Sí, sí. Abuelo. Eso ya nos lo has contado muchas veces… pero, ¿Qué ocurrió que fue tan terrorífico?

ABUELO: Todo parecía transcurrir con normalidad… la noche era cerrada, a lo lejos se escuchaba el tranquilizador aullido de los lobos, ululaba el viento… y también los búhos… y ya se empezaban a escuchar los lamentos de los fantasmas. Pero, de pronto, ocurrió algo aterrador: desde el exterior del castillo comenzó a llegar un sonido estremecedor, como risitas agudas, cristalinas. Aquellos seres cada vez se acercaban más y más. Abrieron el viejo portón del castillo. Sus risas y voces monstruosas se multiplicaron en el eco del Salón de la Escalinata: ¡Eran niños!

ANGUSTIAS: (EXCLAMACIÓN DE SORPRESA ASPIRADA)

MONSTRUITO: ¡No!

ERNESTO: (VOZ ESPECTRAL) ¡¡ATERRADOR!!

PLASMA: ¡AAAAyyyyyyy….!

NIÑA FANTASMAL: (DULCE) ¿Y qué pasó, abuelito?

ABUELO: Aquellos muchachos comenzaron a explorar el castillo. Decían que estaba embrujado, ¡Qué tontería! Contaban absurdas historias sobre momias, vampiros, monstruos… Yo me encerré en mi habitación y me escondí debajo de la cama. Al rato escuché unos pasos que se acercaban… unas sombras se colaron por debajo de la puerta. ¡Eran ellos! Entonces comenzaron a golpear la puerta tratando de abrirla… Sentí que el pánico me atenazaba todo el cuerpo. Aguanté la respiración y…

ANGUSTIAS: ¿Y qué?

ABUELO: Y me desmayé…

PLASMA: Uhhhhhhhhh….!!

ABUELO: Cuando desperté ya no estaban. ¡Habían desbaratado mis aposentos! Todo estaba revuelto … ¡y se habían llevado mi dentadura postiza! Tuve que estar una semana comiendo purés. Con tropezones.

MONSTRUITO: Puaaaaagggg….

ANGUSTIAS: Una historia terrorífica, abuelo. ¿Quién quiere seguir? ¡Tía Catrina! Cuéntenos usted su noche más terrorífica de Halloween.

CATRINA: Con gusto, Angustias. Sólo decirles que allá en México no festejamos Halloween, sino Día de Muertos… (PAUSA) Esta historia me sucedió en Oaxaca, en el Panteón de San Miguel. Yo
estaba sepultada allá en aquella época. Mis familiares vivos me habían colocado un altarcito con ofrendas lleno de velas y flores. Estaba esperando que me vinieran a rezar cuando escuché un terrible llanto.

ABUELO: ¿Y quién era?

NIÑA FANTASMAL: (FANTASMAL) ¡La lloronaaaaaaaaa!

CATRINA: No, ¿Cómo crees? La llorona es mi comadre, todavía nos reunimos en Panteón Pancho para tomar unos tragos. (SUSURRA, CONFIDENTE) De vez en cuando le gusta beber un tequilita para ahogar sus penas…

MONSTRUITO: ¿Y entonces quién era?

CATRINA: ¡Era una bebita! Alguien olvidó una carriola con ella adentro. Al verla, todos mis huesos se estremecieron. ¡Si no regresaban sus papás, estaría condenada a cuidar de aquella bebita por toda la eternidad!

MONSTRUITO: Pero eso no da miedo, tía Catrina.

ANGUSTIAS: ¿Y tuviste que hacerte cargo de ella?

CATRINA: ¿Cómo crees? ¡Habría resultado realmente aterrador! ¿Crees que es
posible descansar en paz cuando se debe cuidar un bebé? Al pensarlo toda mi muerte pasó por delante de mis ojos…

ERNESTO: ¡Solo de pensarlo se me pone la piel de murciélago!

MONSTRUITO: Bah! Yo creo que eso no da miedo…

ANGUSTIAS: Ah, ¿no? Muy bien, monstruito, entonces cuéntanos tu historia, por lo visto será realmente aterradora.

MONSTRUITO: Mi historia no ocurrió la noche de Halloween, pero es lo más terrorífico que me ha pasado jamás… ¡Os vais a morir de miedo! (PAUSA) Yo vivía con mis papás en un bonito y apacible armario, pero desde hacía un tiempo escuchaba una tétrica vocecita fuera. ¡Estaba
convencido de que vivía un niño fuera del armario! Mi mamá no me creía. ¡Hasta que una noche me armé de valor! Salí del armario, atravesé la oscura habitación y me dirigí hacia un bulto cubierto por unas sábanas. Con garra temblorosa, las levanté para mirar debajo y… ¡Descubrí un humano pequeño! ¡Estaba recubierto de piel por completo! ¡Tenía una pequeña nariz, mejillas regordetas y una boca llena de dientes de leche! Al verme comenzó a emitir unos alaridos terrenales ensordecedores ¡Estoy seguro de que me quería atacar!

ANGUSTIAS: ¡Uy! Vaya susto te darías.

ABUELO: Sí… el alarido de un niño es una de las cosas más escalofriantes de este mundo…

MONSTRUITO: Sí, fue horrible.

ANGUSTIAS: ¡Qué historias tan aterradoras! Es tu turno, abuela Socorro… (PAUSA) (LLAMA) ¿Abuela Socorro? ¿Dónde está?

SOCORRO: (EN SEGUNDO PLANO) Estoy aquí.

ANGUSTIAS: ¿Qué hace ahí, tan lejos? ¡Acérquese!

SOCORRO: (EN SEGUNDO PLANO) Ni loca me acerco yo a un fuego. A las brujas nos queman en la hoguera.

ANGUSTIAS: Nadie va a quemarla a usted en la hoguera, Socorro. ¡Somos nosotros!

SOCORRO: (EN SEGUNDO PLANO) Sí… eso mismo le dijeron a mi prima Marian y acabó como un churrasco… ¡Se la comieron unos niños con salsa barbacoa!

ANGUSTIAS: ¡Oh! Esa historia sí parece realmente aterradora… acérquese y cuéntenosla…

SOCORRO: (EN SEGUNDO PLANO) ¡Que no! ¡Que no me acerco yo a una hoguera, hombre! Además eso le pasó a Marian y ya no nos lo puede contar… ¡La maligna mártir!

ANGUSTIAS: Bueno, pues nada… A ver.. ¡El tío Vampi! Pero… ¿Tampoco está?

ABUELO: ¡Sí! Lo que pasa es que sigue dentro del ataúd… cada noche le cuesta más madrugar.

BRUJA: ¡Qué vago!

ANGUSTIAS: ¡Pero cómo! ¿No ha venido?

ABUELO: Sí, pero ha venido dentro.

NIÑA FANTASMAL: (VOZ MONSTRUOSA) Lo he traído yo, mamá.

ANGUSTIAS: ¿Tú? ¡Por todos los diablos! ¡Cariño, te he dicho cien veces que no levantes tanto peso, que te vas a herniar. ¡Y otras cien te he dicho que no pongas esa voz, que te dañas la garganta!

NIÑA FANTASMAL: (DULCE) Vale, mamá.

(GOLPES, LLAMANDO SOBRE MADERA)

ANGUSTIAS: Tío Vampi… tío Vampi… ¡Despierte! Lo estamos esperando.

TÍO VAMPI: AAGGGGHHHHHH…. Quién perturba mi descanso eterno….

ANGUSTIAS: Vampi, estamos contando historias de Halloween. Queremos escuchar la más aterradora que has vivido en toda tu muerte.

TÍO VAMPI: ¡Hay que ver, lo que os gustan los cuentos! ¿Acaso hay… (OLFATEA) algún niño escuchando? (OLFATEA) ¡Huelo a sangre humana! Y joven. (SE RELAME)

ANGUSTIAS: ¡Qué tontería! ¿Cómo va a haber algún niño escuchando? ¡Estamos solos! En medio del bosque. No hay niños por ninguna parte.

TÍO VAMPI: ¿Seguro? No lo creo… hay alguien escuchando… ¡Tú, valiente! ¡Di algo! ¡Vamos! Sé que estás ahí. (PAUSA) ¿Lo habéis oído?

ANGUSTIAS: ¡No!

MONSTRUITO: Yo no he oído nada

ABUELO: ¡Yo cada día estoy más sordo!

VAMPI: Estoy seguro de haber escuchado algo. ¡Los vampiros tenemos un oído muy agudo! (PAUSA) Bueno… os contaré mi historia… (PAUSA) Fue una noche de Halloween de resplandeciente luna llena. Yo había salido de la tumba hambriento de sangre. Me envolví en mi capa y salí a la calle dispuesto a encontrar jugosas víctimas. Entonces lo vi. Era un niño de unos 6 años, sonrojado; su cuello, de piel tersa, era de un blanco inmaculado… (SOBRESALTO) ¡Me abalancé sobre él y comencé a chuparle la sangre! Pero entonces noté un sabor desagradable, amargo, como de veneno… ¡El niño había cenado pan de ajo, gambas al ajillo y patatas alioli!
(ESCUPE CON ASCO) Empecé a escupir, pero era tarde: el veneno ya estaba en mi cuerpo. Comencé a sentirme fatal. Me dolía mucho la barriga y sentía unas náuseas tremendas. ¡Me había intoxicado con ajo!

ABUELO: ¡Qué mala suerte tuviste! ¡No hay muchos niños a los que les guste el ajo!

VAMPI: ¡Afortunadamente! Si todos los niños comieran ajo al mismo ritmo que
devoran patatas fritas, los vampiros acabaríamos muriéndonos de hambre…

MONSTRUITO: ¿Y qué te pasó? ¿Cómo te salvaste del envenenamiento?

VAMPI: Me llevaron al hospital y me pusieron una inyección.

ANGUSTIAS: ¿Y no se extrañaron al ver aparecer un vampiro?

VAMPI: Era Halloween, pensaron que iba disfrazado… Pero ahí no acaba la
historia: resulta que el hospital más próximo era el de las Hermanitas de la Misericordia. ¡Estaba lleno de crucifijos por todas partes! Así que de pronto comencé a arder. ¡Las llamas me devoraban desde dentro!

MONSTRUITO: Wooowww… ¿y cómo te salvaste? ¡Oh! ¡Ya sé! (ASOMBRADO)
¡Acudió en tu ayuda el Gran Vampiro Supremo!

VAMPI: (AVERGONZADO) No… ejem… lo cierto es que… que…

ANGUSTIAS: No te avergüences, Vampi. Puedes contarlo.

VAMPI: (AVERGONZADO) Me apagaron unas monjas con un extintor.

(RISAS DE TODOS)

VAMPI: (INDIGNADO) Vaya amigos tengo, que se ríen de mi desgracia… (PAUSA) Y eso no es todo… resulta que como era Halloween el hospital estaba lleno de niños atragantados con gominolas, empachados de tarta de calabaza, con alergias en la piel por el pintacaras… ¡Tardaron tanto en atenderme que cuando quise irme de allí estaba empezando a amanecer! Así que tuve que colarme en una funeraria cercana y pasar el día en un ataúd incomodísimo…

CATRINA: ¡No manches!

ABUELO: ¡Vaya historia!

ANGUSTIAS: (MEDIO RIENDO) Sí, ha sido realmente.. aterradora…
(CARRASPEO) ¡Plasma! ¿Quieres contarnos la tuya?

PLASMA: AAAyyyyy, soy malísimo contando historias de Halloween… Mi noche más aterradora fue la que tuve que hacer de fantasma del castillo que heredé del tío Ernesto. ¿Lo recuerdas, tiíto?

ERNESTO: ¡Claro! Te dejé ese legado con toda mi ilusión… ¡Y renunciaste a él!

PLASMA: No te enfades, tiíto… Es que en tu castillo vivía esa criatura aterradora… ya sabes… no me atrevo ni a pronunciar su nombre…

NIÑA REPELENTE: ¿Te refieres a mí?

PLASMA: (GRITO RIDÍCULO) ¡Es la niña repelente! ¡Oh! ¡Por todos los espectros! ¿Qué hace ella aquí?

NIÑA REPELENTE: ¡Vengo a fastidiarte la noche de Halloween! Jijijijijiji… ¡BUUUUHHHHHH!

PLASMA: (GRITA MIENTRAS SE ALEJA) ¡Ahhhhhhhhhhhhhhh!

VAMPI: ¡Eres una niña muy osada! ¿Te gustaría probar mis afilados colmillos?

NIÑA REPELENTE: ¡No te atreves, vampiro apolillado! ¿Acaso estás seguro que no he cenado ajo?

VAMPI: (ESTUPOR) ¡Ohhhh!

ANGUSTIAS: ¡Pero tú cuánto tiempo llevas escuchando, niña!

NIÑA REPELENTE: ¡El suficiente! ¡Vamos! ¡Dispersaos, monstruos de pacotilla!

CATRINA: Órale, pues.

ANGUSTIAS: ¡Es que no podemos tener una noche en paz! ¡Ni siquiera contando historias de Halloween! ¡Qué desastre!

CATRINA: ¡Ni modo! Así no nunca saldré del purgatorio…

ABUELO: Ja! ¡Menos mal que no tenemos que ganarnos la vida con esto! Hala, pues de vuelta a la mansión… ¿Retomamos el torneo de parchís?

MONSTRUITO: ¡No hay tablero!

ABUELO: ¿Y eso? ¿Se rompió?

MONSTRUITO: No, fue la niña fantasma. Dibujó encima una ouija…

NIÑA: (FANTASMAL) Querííííiía chateaaaaaar con mis amiiiiigas… es que
mi madre… (VOZ MONSTRUOSA) ¡¡No me compra un móvil!!

ANGUSTIAS: ¡Uy! Ni te lo voy a comprar. Los móviles están llenos de humanos
peligrosos…

ABUELO: ¡Pues no sé! ¡Echamos un Escatérgoris, entonces! ¿Un Trivial?

CATRINA: O conectamos el Karaoke…

ANGUSTIAS: ¡Podemos asustar niños! Al fin y al cabo, es Halloween…

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¿Os han gustado estas Historias de Halloween alrededor de la hoguera? En esta época, son las que toca leer y escuchar. Sin embargo, eso no es todo, porque en Mumablue tenemos muchísimas más, cuentos y relatos de todos los géneros y tipos, también divertidas poesías infantiles con las que los más pequeños disfrutan de lo lindo. Todos nuestros cuentos son originales, con un punto de vista diferente y llenos de valores adecuados a la época actual.

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