El mito de Medusa para niños no es sencillo de contar. Como tantos otros relatos mitológicos, está cargado de pasajes o elementos poco amigables con la infancia. Sin embargo, hemos creado una versión adecuada a la infancia, para que tu peque pueda conocer el mito de la gorgona que convertía en piedra a todo el que la miraba, sin necesidad de explicitar las partes más violentas o de índole sexual, tan presentes en las historias del Olimpo.
En este mito de Medusa para niños se habla de cómo y por qué la diosa Atenea castigó a la gorgona haciéndole crecer serpientes en lugar de cabello y se relata a aventura de Perseo, a quien se le encomendó la misión de cortarle la cabeza.
Audiocuento El Mito de Medusa
Si lo prefieres, este cuento de El Mito de Medusa para niños se lo contamos nosotros. Lo hemos grabado y montado con músicas y efectos que transportarán a tu peque al mismísimo Olimpo de los Dioses. Si prefieres leerlo directamente, busca el texto más abajo.
Músicas Public Domain: Gótica (TMSC); The Crown y Find Them, por Alexander Nakarada.
Mientras le lees el cuento con tu propia voz, puedes poner esta música de fondo para que tu peque disfrute de una experiencia envolvente.
El mito de Medusa para niños
Medusa era una diosa de una belleza extraordinaria. Pero no era una diosa cualquiera: Medusa era un espíritu del inframundo, una diosa de los infiernos, una gorgona. Medusa tenía dos hermanas, Esteno y Euríale, que también eran gorgonas.
De las tres hermanas, Medusa era la única mortal. Para compensar, los dioses le habían concedido un poder especial: convertir en piedra a todo aquel que la mirara directamente a los ojos.
A pesar de ser un terrible monstruo, Medusa tenía el aspecto de una mujer de belleza extraordinaria. Es por eso que tenía muchos pretendientes, entre ellos Poseidón, el dios de los mares. Un día, Poseidón citó a Medusa en el templo de Atenea, la diosa de la guerra. A Atenea no le gustó nada que utilizaran su sagrado templo como lugar de citas y, a pesar de que la idea había sido de Poseidón, culpó a Medusa.
Para castigarla, quiso acabar con su belleza. Atenea transformó en serpientes venenosas el hermoso cabello de Medusa. De este modo, nunca nadie se fijaría en ella. La gorgona se recluyó en una cueva junto a sus hermanas, quienes también habían sufrido la maldición.
Tiempo después el semidiós Perseo, hijo del mismísimo Zeus, recibió el encargo de ir en busca de Medusa y cortarle la cabeza. Era una misión muy arriesgada, ya que si miraba a la gorgona a los ojos, se convertiría en piedra. Para ayudarle en su aventura, Perseo recibió varios regalos: Hermes, el mensajero de los dioses, le dio unas sandalias con alas y una hoz muy afilada; Hades, el dios de los infiernos, un casco de invisibilidad y Atenea, un escudo de bronce pulido como un espejo. Además, Perseo recibió un zurrón mágico.
Perseo averiguó que Medusa se escondía en África, en una cueva, junto a sus hermanas. Cuando Perseo llegó a la cueva de las gorgonas, éstas estaban dormidas. Debía acercarse a Medusa en silencio y atacarla sin que se despertara. Así, Perseo utilizó las sandalias con alas de Hermes para acercarse a Medusa volando, sin hacer ruido. Utilizó el escudo de espejo de Atenea para acercarse sin mirarla y no convertirse en piedra. Una vez estuvo sobre ella, con la hoz de Hermes, le cortó la cabeza de un solo golpe. Inmediatamente, Perseo guardó la cabeza de Medusa en su zurrón mágico, para evitar mirarla al transportarla. Pero el ruido despertó a las hermanas de Medusa. Entonces Perseo, para no ser descubierto, se puso el casco de la invisibilidad de Hades y así pudo escapar con la cabeza de Medusa.
Se cuenta que parte de la sangre que brotó de la cabeza de Medusa cayó al mar Rojo, creando un enorme arrecife de coral; otra parte cayó sobre la tierra, dando lugar a las vívoras del desierto del Sahara.
Una vez conseguido su trofeo, Perseo regresó a Grecia y le dio la cabeza a Atenea. La diosa de la guerra colocó la cabeza de Medusa en su escudo, de manera que cualquier enemigo que quisiera atacarla, quedara, automáticamente, convertido en piedra.
Curiosidades sobre Atenea y las gorgonas
Las gorgonas eran unos seres mitológicos representados como criaturas monstruosas y se encargaban de proteger los oráculos. Como ocurre con la mayoría de los mitos antiguos, existen varias versiones de la historia de Medusa, aunque la más habitual es la que narró Ovidio en su famoso libro “La metamorfosis”.
Los mitos eran el modo en el que los habitantes de la antigüedad trataban de explicar el mundo, y por eso las historias reflejan una mentalidad que ya está un poco pasada de moda. Por ejemplo, en la mitología clásica, el castigo siempre lo recibían las mujeres, aunque no tuvieran culpa de nada. ¡En muchos casos, además, eran las propias mujeres las que castigaban a las mujeres!
Atenea, diosa de la guerra, parece que era especialista en estos castigos injustos. No solo hechizó a Medusa, también fue quien maldijo a Eco (si habéis escuchado la pequehistoria “El mito de Eco” ya lo sabréis) y quien condenó a Aracne a tejer eternamente convirtiéndola en araña. ¡Menuda era, esta Atenea!
En la Antigua Grecia se usaba un amuleto mágico para proteger del mal: el gorgoneion. Este talismán representaba el rostro de una gorgona envuelto entre cabellos de serpiente. Se colocaba en muros, escudos, corazas o lápidas con el fin de alejar el mal.
Más mitología para niños: Narciso y Eco
Si te ha gustado nuestra versión de El mito de Medusa para niños te invitamos a descubrir en nuestra página de cuentos infantiles gratuitos otros dos mitos adaptados al público infantil: el Mito de Narciso, en el que se cuenta la historia del apuesto joven que murió por enamorarse de su propia imagen, y el Mito de Eco, la ninfa de bella voz enamorada de Narciso que fue condenada por Atenea a repetir las últimas palabras de todo aquel que la hablara. Cada uno incluye su propio audiocuento.
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Imagen de fondo: freepik.com – Cueva (upklyak)