Son muchos los padres que buscan la historia de Cleopatra para niños, pero no es sencillo dar con una versión lo suficientemente documentada o fiel a los acontecimientos históricos. ¡Y mucho menos aún encontrar una historia divertida que les ayude a aprender sin que se den cuenta! Tenéis el texto íntegro del cuento al final del artículo.
Este proyecto comenzó al intentar encontrar un cuento infantil sobre la historia de Cleopatra. Pero lo que queríamos para nuestros hijos no existía en Internet, así que decidimos crearlo nosotros. ¡Escribiríamos un cuento sobre una de las figuras históricas más importantes y atractivas! Así nos salió la mejor historia de Cleopatra para niños del mundo entero, el audiocuento “Cleopatra, última reina de Egipto”. ¡Os va a encantar!
Música: Creative Commons y Public Domain
Música Egipto (TMSC); The Dessert y The Story, por Alexander Nakarada, Música de Dubai (TMSC); Dessert Conflict, por Rafael Krux; Nearer my God to Thee, por Rabanus Flavus; The Ice Giants y Breaking Bollywood, por Kevin MacLeod; Honor bound, por Brian Tech.
Historia de Cleopatra para niños fiel y muy divertida
Cleopatra, la última reina de Egipto es un audiocuento muy bien documentado, en el que se narra la historia de esta increíble mujer desde su nacimiento hasta su muerte. En él se relatan los acontecimientos principales que marcaron la vida de la gobernante egipcia, desde las luchas de poder con su hermano Ptolomeo por el trono de Egipto, hasta sus relaciones personales y políticas con Julio César y Marco Antonio. Una historia de Cleopatra para niños narrada de un modo sencillo y adaptado al público infantil.
A pesar de querer atenernos al rigor histórico, hay algunos acontecimientos, como la causa de la muerte de Cleopatra, que continúan siendo un misterio. Si bien algunos historiadores recogieron la versión de que se hizo morder por una serpiente, estudios recientes sugieren que tal vez se inyectó o ingirió veneno. Nosotros hemos optado por la versión que ha prevalecido durante siglos, la de la serpiente, indicando en el cuento que se trata de una leyenda.
En esta breve historia de Cleopatra para niños no se ha suprimido nada de lo esencial, aunque sí se han suavizado aquellos pasajes de carácter más sórdido. Si bien es inevitable hacer referencia a las luchas por el poder, a las intrigas y a los amoríos para construir esta historia, cada uno de los pasajes cuenta con un contrapunto en clave de humor, gracias a divertidos sketches teatralizados que ridiculizan o quitan hierro al trasfondo altamente dramático que posee este acontecimiento histórico.
Estos sketches humorísticos cumplen una segunda función, que es la de desengrasar un poco el relato. Con esta breve historia de Cleopatra para niños hemos querido romper periódicamente con la narrativa puramente histórica, a fin de que los niños puedan mantener la atención más fácilmente y, además, pidan escuchar el audiocuento una y otra vez, manera en la que se fijará el aprendizaje.
Además, este sistema que alterna el fiel relato histórico con píldoras humorística hace posible que los niños más pequeños accedan de manera temprana a un acontecimiento histórico de gran complejidad. Los niños más mayores podrán utilizar esta historia de Cleopatra para comprender mejor lo que han estudiado en clase, pues lo hemos creado con la intención de que pueda ser una herramienta de utilidad para el personal docente.
Este audiocuento no es sólo un cuento de Cleopatra, es la historia de Cleopatra para niños adaptada con gran fidelidad y en un lenguaje fácilmente entendible. Los más mayores también se deleitarán con su escucha, gracias a que su guión está concebido en dos niveles de comprensión: mientras los niños aprenden y se divierten con el relato, los mayores encontrarán guiños tales como anacronismos, referencias adultas, insinuaciones feministas o giros hiperbólicos que les arrancarán una sonrisa.
Breve Historia de Cleopatra y Marco Antonio
“Cleopatra, última reina de Egipto” no es sólo la historia de una de las mujeres más poderosas, sino también la historia de importantes figuras del Imperio romano que se cruzaron en el camino de esta asombrosa reina. Así, este audiocuento relata la historia de Cleopatra y Marco Antonio, cómo se conocieron, su historia de amor, cómo fueron separados por Octavio y la trágica muerte de ambos (aquí narrada de forma amable a través del humor).
Pero “Cleopatra, última reina de Egipto” no es sólo la historia de Cleopatra y Marco Antonio, también es la historia de Cleopatra y Julio César, general romano con el que la reina de Egipto tuvo un hijo y cuya historia de amor determinaría en gran parte su relación con Roma. También es la historia de la muerte del César y de la conspiración de Bruto y Casio. Es historia de Egipto y también historia de Roma, porque en la historia de Cleopatra confluye la crónica de ambos imperios.
Quiénes han hecho posible “Cleopatra, última reina de Egipto”
Este cuento de Cleopatra para niños es el capítulo elegido para abrir la 3ª Temporada de Pequehistorias, un podcast de audiocuentos educativos y con valores creado por la marca de cuentos personalizados Mumablue. Se trata de contenidos gratuitos que buscan que los niños descubran la magia evocadora de la radio y se entretengan y aprendan alejados de las pantallas.
En “Cleopatra, última reina de Egipto” hemos contado con voces amigas: algunas, amateur y ajenas al arte de la interpretación; otras procedentes de cuadros de actores profesionales gracias a la colaboración de Audiodrama Colectivo, asociación encargada de mantener vivo el radioteatro surgida en Radio Nacional de España en 2006.
IDEA ORIGINAL: Cristina Rodríguez Blanco
GUIÓN: Elena Lostalé
REALIZACIÓN, EDICIÓN y MONTAJE: Elena Lostalé
MÚSICAS: Creative Commons y Public Domain:
Música Egipto (TMSC); The Dessert y The Story, por Alexander Nakarada, Música de Dubai (TMSC); Dessert Conflict, por Rafael Krux; Nearer my God to Thee, por Rabanus Flavus; The Ice Giants y Breaking Bollywood, por Kevin MacLeod; Honor bound, por Brian Tech.
VOCES:
Elena Lostalé NARRACIÓN, CLEOPATRA, PTOLOMEO NIÑO, BERENICE, SOLDADO 3 y VIDENTE
Alejandra Rojas Lostalé CLEOPATRA NIÑA, CESARIÓN BEBÉ
Jor L MARCO ANTONIO y SOLDADO 1
Daniel Payero JULIO CÉSAR, MANDO y SOLDADO 2
Federico Volpini FILÓSTRATO
Isabel Ruiz Lara SIRVIENTA 1
Álvaro Ribagorda PTOLOMEO y SOLDADO 2
Luis Rojas PTOLOMEO AULETES
¿Te ha gustado este cuento de Cleopatra para niños? Entonces te recomendamos que no te pierdas el audiocuento “Canción de Navidad“, de Charles Dickens. La Pequehistoria Especial Navidad de Mumablue que resume la novela de manera fiel y enormemente atractiva. Además puedes descubrir otros muchos cuentos y poesías infantiles escritos y producidos por Mumablue en el podcast Pequehistorias.
Historia de Cleopatra para niños, versión para leer
Cleopatra, la última reina de Egipto
Hace muchos, muchos años, en el año 69 a.C, en la ciudad egipcia de Alejandría, nació la princesa Cleopatra. Era una niña de ojos verdes y negro cabello hija de Ptolomeo Auletes, el faraón de Egipto.
Cleopatra creció en el Palacio de Alejandría. ¡Lo pasaba en grande jugando con sus cinco hermanos! Echaba carreras por los inmensos jardines, jugaba a esconderse por los innumerables rincones del palacio… ¡todo era amor y armonía entre los hermanos!
CLEOPATRA NIÑA: ¡Ptolomeeeeo, cara peeeeooo!
PTOLOMEO NIÑO: Bereniiiiceeee, Cleopatra me está chinchando.
CLEOPATRA NIÑA: Chivato, acusica, la rabia te pica…
BERENICE: (REGAÑANDO) ¡Cleopatra!
Pero la pequeña Cleopatra no sólo pasaba sus días jugando junto a sus hermanos, también gastaba horas aprendiendo cosas maravillosas junto a su tutor, don Filóstrato, un maestro griego que le enseñaba oratoria, filosofía, astronomía, matemáticas, medicina…
FILÓSTRATO: ¡Hoy estudiaremos a Demóstenes, el mejor orador de todos los tiempos!
CLEOPATRA NIÑA: Lo conozco, profe. He leído toooodos sus discursos.
FILÓSTRATO: Hmmmm. Está bien. Hablaremos de astronomía… ¿Sabías que la tierra es redonda?
CLEOPATRA NIÑA: ¡Pues CLARO! Mejor explícame eso de la cosmología cuántica y los agujeros de gusano.
FILÓSTRATO: ¡Taxi!
¡Era todo muy interesante! Tanto estudiaba Cleopatra que pronto aprendió a hablar siete idiomas. Pero si había algo que realmente le gustaba a Cleopatra era leer.
CLEOPATRA NIÑA: Papá, ¿me das permiso para ir a la Biblioteca?
PTOLOMEO PADRE: ¿Ya te has terminado los Tratados Hipocráticos?¡Vaya! ¡Pero si los cogiste hace tan sólo dos días!
CLEOPATRA NIÑA: Bah, si es que tienen muchos dibujos.
Cleopatra tenía mucha suerte. Y no sólo por ser la hija de un faraón y por tener un maestro griego, sino porque vivía en la ciudad que tenía la biblioteca más grande e importante de todo el mundo antiguo. La Biblioteca de Alejandría era increíble, tenía tantos libros manuscritos que harían falta más de 100 vidas para poder leerlos todos. Había llegado a ser tan inmensa porque en Alejandría también había un importante puerto comercial y, durante siglos, los alejandrinos habían confiscado todos los libros que llegaban en los barcos que atracaban en el puerto.
SOLDADO 1: ¡Señor! Hemos encontrado cuatro rollos manuscritos.
MANDO: Dádselos a los amanuenses. Que hagan una copia para devolver a los navegantes y que se queden con el original.
…
MANDO: (DE LEJOS) ¡Ah! ¡Y que usen papiros saíticos, de los baratos! Nada de usar buenas calidades, que así no liquidamos nunca la deuda con Roma…
Pasaron los años y Cleopatra se convirtió en una joven que deslumbraba por su gran sabiduría. ¡Sin duda era la mejor candidata para convertirse en reina de Egipto! Cuando Cleopatra cumplió 17 años, su padre el faraón murió. Ella y su hermano Ptolomeo heredaron el trono. ¡Pero ninguno de los dos estaba dispuesto a compartir el poder!
CLEOPATRA: ¡El trono es mío!
PTOLOMEO: ¡Que no! ¡Que es mío!
CLEOPATRA: Papá nos lo dejó a los dos.
PTOLOMEO: Pero tú eres una chica. ¿Has visto a alguna chica sentada en un trono?
CLEOPATRA: ¡Lo que no he visto nunca es un asno sentado en un trono!
Así que Cleopatra y Ptolomeo comenzaron una guerra por el trono de Egipto. El hermano consiguió mejores aliados y un mayor ejército. Pero Cleopatra era mucho más inteligente.
CLEOPATRA: Le pediré ayuda al romano ese, al general… ¿Cómo se llama? (RECORDANDO) Sí, hombre, sí… Abril, Mayo, Junio…
SIRVIENTA: Julio César, mi reina.
CLEOPATRA: Como sea.
Así fabulaba junto a sus sirvientas mientras se bañaba en leche de burra. (Una costumbre muy rara, incluso en aquella época y en aquel lugar.)
CLEOPATRA: Tengo que encontrar su debilidad y convencerle para que haga lo que yo quiera.
SIRVIENTA: Reina entre las reinas… ¡todos tus actos serán exitosos!
CLEOPATRA: ¡Brindo por ello!
SIRVIENTA: Excepto lo de brindar con leche, mi reina, que dicen que da mala suerte…
CLEOPATRA: ¡Pues que traigan vino!
Y resultó que la debilidad de Julio César era la propia Cleopatra. La reina de Egipto no poseía una gran belleza (Cleopatra sólo es guapa en las películas, como pasa con casi todo el mundo) pero su enorme sabiduría deslumbró a César, un poderoso general romano que no pudo negarse a su petición:
CLEOPATRA: Quiero ver a mi hermano Ptolomeo cubierto de caca de camello, ¡por Osiris!
JULIO CÉSAR: (EMBOBADO) Lo que tú me pidas, Gordi.
Cleopatra y Julio César lucharon contra Ptolomeo quien, con sus tropas, logró asediar el Palacio de Alejandría con ellos dentro. ¡No podían escapar!
Tras muchas semanas de luchas, las tropas estaban agotadas y amenazaban con retirarse. Julio César temía que los pocos soldados que quedaban se marcharan, así que tuvo una idea muy mala.
JULIO CÉSAR: ¡Centurión! Prenda fuego a los barcos del puerto para que no puedan huir.
SOLDADO 2: ¡Sí, César!
…
SOLDADO 2: (TÍMIDAMENTE, CARRASPEA) ¿Me prestas un mechero, Julio? Es que no sé qué he hecho con el mío…
Las naves ardieron con furia. ¡El plan de César estaba en marcha! Pero el viento hizo que el fuego se descontrolara y las llamas se extendieron hasta la biblioteca de Alejandría, que comenzó a arder. ¡Cleopatra no podía creer que uno de los mayores tesoros de la ciudad fuera a quedar reducido a cenizas!
CLEOPATRA: ¡Mi preciosa biblioteca! ¡Mi gran tesoro! ¡Pero serás patán, Julio! ¡Hoy duermes en el diván!
Pronto llegaron refuerzos para Julio César. Con estas nuevas tropas, Cleopatra atacó a su hermano y se desencadenó la Batalla del Nilo.
Fue una batalla naval muy cruenta. Los hombres de ambos bandos caían en combate. Los barcos ardían y el río Nilo se tiñó de sangre. Hasta que finalmente las fuerzas romanas, lideradas por Julio César, consiguieron ganar terreno. En su huída, Ptolomeo se subió a un bote junto a varios de sus soldados.
PTOLOMEO: (TONO PIJO) ¿Queréis estaros quietos? ¡Parecéis rabos de lagartija! ¡Vamos a volcar!
SOLDADO 3: Si es que aquí se ha subido mucha gente, mi glorioso faraón. (EN SEGUNDO PLANO) ¡Quietos! ¡Como esfinges! Lo ordena el faraón.
PTOLOMEO: Pero, qué música es esa… ¿esos que están tocando son los músicos del Titanic? ¡No me fastidies!
Ptolomeo cayó a las aguas del Nilo. La pesada armadura que vestía no le permitía nadar, le arrastraba hacia el fondo. Así que murió ahogado.
Con su hermano fuera de combate, Cleopatra estaba lista para convertirse en la única reina de Egipto.
Tiempo después, Cleopatra y Julio César viajaron a Roma y tuvieron un hijo. Pero los romanos no querían a Cleopatra, la consideraban una impostora y una amenaza para la expansión del imperio. Por eso Julio César se ganó algunos enemigos.
Un día, un vidente ciego le advirtió que moriría en la fiesta de los Idus de marzo. César no le hizo caso… y se cumplió la profecía.
VIDENTE: ¡Si es que no hacéis ni pajolero caso! Mira que se lo dije. A César, se lo dije: (ADVIRTIENDO) “lárgateee, que te van a apuñalaaar…” Y él, nada, erre que erre: (BURLÓN) “que quiero ir a la fiesta, que los idus yo no me los pierdo por nada de mundo…” ¡pues toma idus!
Después de la muerte de Julio César, Cleopatra ya no estaba segura en Roma y decidió volver a Egipto.
CLEOPATRA: Haz las maletas, Cesarión. Nos volvemos a casa.
CESARIÓN: (VOZ DE BEBÉ) ¡Jo, mamá! ¡Que el domingo, hay espectáculo de gladiadores!
CLEOPATRA: (CHISTA) ¡Sin rechistar!
Pero no por volver a Egipto se acabaron los problemas para Cleopatra. Las luchas, las guerras civiles y las conspiraciones continuaban.
En aquella época había dos romanos en Egipto tratando de poner un poco de orden: Octavio y Marco Antonio. Ambos habían sido partidarios de Julio César y habían jurado vengarse de sus asesinos. Uno de aquellos traidores era Casio, y, a pesar de ello, tuvo el valor de pedirle prestado a Cleopatra un ejército para seguir luchando.
Cleopatra le negó su ayuda, pero Marco Antonio creyó que había sido al contrario y se enfadó mucho con la reina egipcia. Así que le envió una carta:
MARCO ANTONIO: Cleopatra, Señora de Egipto, Reina del Nilo. Tu apoyo a Casio ha sido una traición, no sólo a Octavio y a mí, y a la memoria de Julio César, sino una traición a ti misma. ¿Cómo has podido prestar ayuda al asesino de tu amado Julio, el padre de tu hijo? ¡Y cediendo el propio ejército del César al hombre que lo mató! Provees con soldados del César al mismo hombre que vilmente le asesinó, soldados que quería utilizar contra Publio Cornelio, procónsul de Siria, partidario de Julio César. Soldados que quería utilizar contra mí mismo y que, seguramente, acabaría utilizando contra ti y tu hijo Cesarión. Por este acto traidor y cobarde, te exijo venir a Tarso y humillarte ante mí, inclinarte a mis pies y suplicar mi perdón. Te saluda, Marco Antonio.
CLEOPATRA: ¡Este romano es un necio!
Pero Cleopatra no estaba dispuesta a suplicarle a nadie. Y mucho menos a un general romano. ¡Y muchísimo menos a un hombre!
Así que remontó el río Cydnos en un barco con la popa de oro, las velas púrpura y los remos de plata. El barco navegaba siguiendo la cadencia de las flautas y las liras.
Así viajaba Cleopatra, recostada bajo una tienda bordada con hilo de oro y abanicada por sirvientes, según contó Plutarco.
Al verla aparecer, Marco Antonio quedó deslumbrado con el esplendor de aquella reina, que se presentaba ante sus ojos como una diosa en la tierra. Completamente enamorado de Cleopatra y de sus lujos, la acompañó de regreso a Egipto y ambos se instalaron en el Palacio de Alejandría. Los sirvientes cuchicheaban a sus espaldas:
SIRVIENTA 2: Este hombre, no sé, vive como atontado. ¡Parece como si estuviera bajo los efectos de algún hechizo o brujería!
SIRVIENTA 1: Es el mal del enamoramiento… (SUSPIRA, ENTERNECIDA) ¡Mírale, si está a punto de vomitar mariposas!
SIRVIENTA 2: Yo sí que estoy a punto de vomitar…
Pero Octavio no estaba dispuesto a consentir tanta traición. ¡No pensaba quedarse de brazos cruzados viendo cómo los dos tortolitos se salían con la suya! E hizo todo lo posible para separarlos. Lo intentó varias veces, sin éxito, hasta que un día ordenó correr el rumor de que Cleopatra había muerto. Al enterarse de la falsa noticia, Marco Antonio se quitó la vida clavándose su propia espada.
MARCO ANTONIO: ¡Ouch! (LLOROSO) Dueleeee…
Cuando Cleopatra se enteró de la muerte de Marco Antonio se puso muy triste. La reina de Egipto supo, entonces, que Octavio pretendía hacerla prisionera y llevarla a Roma como trofeo de guerra.¡Bajo ningún concepto ella, Cleopatra, reina de reyes, Reina del Nilo, estaba dispuesta a pasar por semejante humillación. ¡Y mucho menos a manos de un cónsul romano! ¡Y muchísimo menos a manos de un hombre!
Así que se puso su vestido más bonito, se envolvió en sus mejores sedas, adornó su cuerpo con collares, anillos y brazaletes de oro y piedras preciosas y ordenó que le trajeran un áspid.
FILÓSTRATO: Las cobras son muy peligrosas, mi reina.
SIRVIENTA 1: Piénsaloooo, a ver si te va a morder y vamos a tener un disgustoooo….
CLEOPATRA: ¡Traedme la serpiente!
FILÓSTRATO: (ENTRE DIENTES) No tendrás bastante con el culebrón que te has montado, guapa.
Cuenta la leyenda que Cleopatra hizo que la sepultaran en la tumba de Marco Antonio y, una vez junto a su amado, se dejó morder por la serpiente.
Corría el año 30 a. C. Con la muerte de Marco Antonio y Cleopatra finalizaba también el esplendor del Antiguo Egipto. Así, el que había sido país de faraones durante más de 3.000 años, se perdió entre historias de traiciones, conspiraciones y amoríos. Y fue incorporado al Imperio Romano como una provincia más.
Tres años después, Octavio pasaría a llamarse Octavio Augusto y se convertiría en el primer emperador romano. Pero esa es otra historia…
¿Qué te ha parecido esta breve historia de Cleopatra para niños? ¡Déjanos un comentario contándonos si a tu peque le ha gustado!